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SOSTENIBILIDAD 

¿Qué tienen en común un pepino, una taza de café y un mango?

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No mucho, en apariencia. Sin embargo los tres le deben su existencia a un insecto sin cuyos servicios tampoco existirían muchos de los alimentos a los que estamos acostumbrados: la abeja.

Sin ellas, tendrías que olvidarte del jugo de naranja en tu desayuno, o del dulce de arándanos o de fresas para las tostadas, de las almendras, las manzanas, los mangos, los calabacines, los tomates, los kiwis, las sandías... y otro sinfín de alimentos que forman parte de la mesa cotidiana.

Estos insectos de poco más de un centímetro de largo han aparecido con gran asiduidad en las noticias en los últimos años.

En primer lugar por el alarmante declive de sus poblaciones, sobre todo en Estados Unidos y Europa, pero también gracias a una serie de estudios que reivindican sus servicios a los ecosistemas, entre ellos su habilidad para incrementar el rendimiento de los cultivos -y por lo tanto, de lo que comemos-en cerca de un 25%.

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Tomado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-40093433

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